4/5/07

LAS RESISTENCIAS A LA PLAGA DEL LADRILLO AUMENTAN EN LA REGIÓN, según los participantes de 'Murcia No Se Vende' en la mesa redonda del 3 de mayo.


(Por Elías)
Ayer estuve en la mesa redonda, organizada por la plataforma 'Murcia No Se Vende', en el campus de La Merced, la cual se realizó al aire libre en pleno patio, disfrutando del bonito cielo reinante, y utilizando la escalinata como improvisados asientos; mientras, abajo, los ponentes uno a uno, en total 7, iban narrando todas y cada una de las atrocidades urbanísticas presentes y las proyectadas para el futuro en la Región de Murcia.
Conforme los ponentes iban contando con "pelos y señales" todos los complejos urbanísticos que van creciendo como setas gigantes, pero de hierro y hormigón, desproporcionadamente y sin planificación ninguna, en zonas tan queridas como el valle de Ricote, los huertos de cítricos de Santomera, el montañoso y verde Noroeste, el cálido espacio del Mar Menor, las estepas de Jumilla, o la histórica y extensa Lorca... Pues se te queda la cara de tonto, de rabia y se te pone la carne de gallina, la verdad. Así, por ejemplo, municipios como el de Ulea, de continuar así la cosa, pasarán de tener 900 habitantes a ser más de veinte mil.
Pero a la vez, en cada una de estas zonas, existen grupos luchando y tratando de mejorar las cosas; aunque haciendo balance se constataba como este insostenible desarrollo urbanístico afecta por igual a los ayuntamientos gobernados por el PP como por el PSOE.
Por todo ello, es vital –para nuestra cultura y para nuestra tierra– llevar la lucha al máximo para impedir la venta de la Región a intereses espúrios e hipotecar, de este modo, el futuro de nuestros hijos; y sobre todo incidir en la lucha política, para derrocar a los partidos que por igual estén bajo la influencia de las empresas del ladrillo, las verdaderas dueñas de la Región de Murcia actualmente.

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