26/10/09

UN VIDEO SOBRE LA MARCHA EN DEFENSA DEL LITORAL

Hoy mismo nuestros amigos de COBRE TV nos han hecho llegar este creativo vídeo sobre la última Marcha en Defensa del Litoral, y lo queremos compartir con todos vosotros y todas vosotras.

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TRES DÍAS DE INTENSAS JORNADAS PARA CELEBRAR LOS MÁS DE 30 AÑOS DE ECOLOGISMO MURCIANO



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Este jueves comenzaron las Jornadas “30 años y más de ecologismo social en la Región de Murcia” que, organizadas por Ecologistas en Acción, se han desarrollado a lo largo de tres días en la ciudad de Murcia.

Las Jornadas arrancaron con una conferencia inaugural a cargo de D. Domingo Jiménez Beltrán, y con la presentación de la exposición “30 años y más de ecologismo social en la Región de Murcia” que, a través de 17 paneles, hace un recorrido por las más de tres décadas de lucha del movimiento ecologista en la Región de Murcia.

Jiménez Beltrán fue presentado por Julia Martínez, ex-Presidenta de Ecologistas en Acción-Región Murciana, como “un murcianico de adopción por su vinculación a esta tierra”. Jiménez Beltrán es Ingeniero Industrial, Asesor del Observatorio de la Sostenibilidad en España y ha sido Director de la Agencia Europea de Medio Ambiente. Jiménez Beltrán ha recibido diversos premios y distinciones nacionales y europeas, siendo el más reciente el Premio Nacional de Medio Ambiente 2007.

La conferencia, titulada “Sostenibilidad, Cambio Climático y Crisis. Escenarios con futuro" fue seguida por más de cien personas que se dieron cita en una prácticamente llena Sala Paco Rabal del Colegio Mayor Azarbe.

Una mesa redonda pasó revista a los treinta años de ecologismo en la Región de Murcia, moderada por el periodista Vidal Coy, en la misma se dieron cita señalados protagonistas del movimiento ecologista regional

Diego Jiménez/Murcia.- En la noche del pasado viernes, día 23, se celebró en el Colegio Mayor “Azarbe”, de Murcia, una mesa redonda para analizar los más de treinta años de la existencia del movimiento ecologista en la Región, en el contexto de las jornadas que, a tal fin, se han celebrado durante ese fin de semana en la capital. En los accesos a la sala, una muestra con paneles ilustrados con fotografías mostraba retazos de esa historia, al tiempo que servía como conmemoración de esa efeméride.
La mesa, moderada por el periodista José Luís Vidal Coy, contó con la presencia de los siguientes ponentes: Miguel Ángel Esteve Selma, profesor de ecología de la Universidad de Murcia (UMU), impulsor de leyes ambientales regionales en su etapa como diputado de IU en la Asamblea Regional y miembro fundador, en 1977, del Grupo Ecologista de la Región Murciana, así como impulsor, en 1984, de la coordinadora de Grupos Ecologistas de la Región, hasta su etapa última activa en Ecologistas en Acción; Pedro García Moreno, técnico ambiental geógrafo, que ha sido durante muchos años presidente de ANSE, asiduo colaborador de Greenpeace y SEO-Birdlife, y que ha intervenido en labores reivindicativas en temas que afectan al litoral y costa murciana; Pedro Baños Páez, ingeniero y sociólogo, profesor de Sociología y Ciencias Políticas de la UMU, miembro fundador del Grupo Ecologista Mediterráneo (1977) y defensor incansable de la restauración de la Bahía de Portmán; Jesús Rodríguez, funcionario de la Administración agraria en la comarca del Noroeste, naturalista de larga trayectoria con conocimiento notables de la fauna vertebrada en el noroeste murciano, y miembro fundador de “Caralluma”, y Francisco J. Carpena Chinchilla, divulgador ambiental y coautor de varios libros sobre la naturaleza de la comarca del Altiplano de Murcia, así como miembro de “ANIDA” (Asociación naturalista para la investigación y defensa del Altiplano).

Abrió la discusión el moderador, Vidal Coy, que se autotituló, de inmediato como “agitador”, más que moderador, para pasar a calificar de desastre medioambiental el ciclo que se abrió en 1994 con el triunfo electoral del PP en la Región, partido que ha acuñado el lema “Agua para todos” que, al parecer del catedrático de filosofía y miembro del Foro Ciudadano Antonio Campillo, ha conducido a una especie de ‘pensamiento único hídrico’ (hidráulico, en opinión de Vidal Coy).

El moderador lamentó, a continuación, la vinculación de Izquierda Unida de la Región (IURM) con las acciones reivindicativas de la Plataforma de Defensa del Trasvase Tajo-Segura, cosa que le sorprende, pues IURM pasa a asumir también el pensamiento único hidráulico, lo que imposibilita la adopción de alternativas a este modelo que, según él, hubiera debido liderar IURM. Con ello, dijo “los grupos ecologistas se han quedado solos”. Tras admitir que las tesis ecologistas se oponen a las sociales dominantes, afirmó que “estamos en un momento crítico para la defensa del medio ambiente”.

Animado coloquio

Vidal Coy planteó el posterior debate con las personas invitadas en la mesa de una forma novedosa, en la medida en que el público asistente podía ir interviniendo al hilo de las argumentaciones de los ponentes. El moderador lanzó el “testigo” para abrir brecha al profesor Miguel Ángel Esteve, al que sugirió que opinara sobre el macropuerto que la Autoridad Portuaria de Cartagena piensa construir en el Gorguel. Esteve definió a esta obra como producto de una ocurrencia de Adrián Ángel Viudes, presidente de esa institución, y se lamentó que, de consolidarse la misma, ello supondría una importante afección para los indudables valores medioambientales y paisajísticos de la zona, así como para la Bahía de Portmán.

Intervino, a continuación, Toni Carrasco, presente en la sala, que insistió en la necesidad de introducir en el discurso político y social las ideas sobre la sostenibilidad.

Pedro García, ex presidente de ANSE, informó de cuatro ejes de actuación del ecologismo que demuestran el empuje de estas organizaciones, concretamente de la multa de 27.000 euros impuesta al vertedero de basuras de Cartagena; de las actuaciones para la paralización de las obras de Puerto Mayor, aunque el Tribunal Superior de Justicia de Murcia haya levantado parcialmente la paralización de las mismas según antiguas instrucciones de la Administración Central; de la resolución favorable de la Audiencia Provincial, a favor de ANSE, del recurso interpuesto a la empresa que explota las salinas de Marchamalo, por el cese de actividad en las mismas, y, por último, de las presiones sociales actuales para impedir las obras del macropuerto del Gorguel, un ejemplo, según él, del “alineamiento progresivo de la población con los temas medioambientales”, para pasar a afirmar que “la acción del ecologismo consigue resultados”.

Jesús Rodríguez descartó las diferencias, en temas medioambientales, entre los programas del PP y del PSOE. A título de ejemplos, dijo que la apertura de la apertura de los pozos de sequía en su comarca (el Noroeste) se dio con la Administración del PSOE, siendo Parrilla presidente de la Confederación Hidrográfica del Segura (CHS), y que la conclusión del diseño de la Red Natura 2000 corrió a cargo del PP, una vez iniciada, y no concluida, por el gobierno regional del PSOE. Para terminar afirmando que en una sociedad en la que la buena educación y el respeto brillan por su ausencia es difícil que cale el respeto por el medio ambiente.

Jeromo, de la Red de Permacultura del Sureste, presente en la sala, tras indicar que hay muchas realidades, postuló el deseo de que nos unamos todos, al margen de las diferentes ideologías, para diseñar un proyecto de vida en común, respetuoso con el medio ambiente.

Francisco José Carpena criticó las obras actuales de la actual autovía que conducirá al Altiplano, en la medida que va a afectar a lugares de interés comunitario (LIC). El problema, dijo, es que “el PP no ha robado el mensaje (desarrollo sostenible)”. Y en relación a las iniciales declaraciones del moderador lamentando la adscripción de IURM a la Plataforma de Defensa del Trasvase –asunto que fue replicado en su momento por este cronista, en su condición de responsable de movimientos sociales en la dirección de IURM- , Carpena admitió que en la defensa de un modelo urbanístico para Yecla que no pase por el ‘ladrillo’ y los resort (en Yecla, dijo, no se ha hecho ni una sola urbanización periférica a la ciudad), la única fuerza aliada con que han contado los grupos ecologistas de aquella localidad ha sido Izquierda Unida.

Durante todo el debate, planeó por la Sala la idea de que el empuje de los movimiento ecologistas debe conducir a un cuestionamiento del actual modelo de producción y consumo, idea que lanzó sobre la mesa Pedro Baños, quien comenzó preguntándose si somos capaces de cambiar ese modelo, para lo que es imprescindible profundizar en una democracia más participativa. Por último, calificó el asunto del Gorguel de “tema impresentable”.

Julia Martínez, ex presidenta de Ecologistas en Acción e investigadora universitaria, presente en la sala, lanzó a los ponentes el requerimiento de que se pronunciaran sobre qué cosas podrían ser socialmente aceptables, desde el punto de vista de los postulados ecologistas, y qué otros temas podrían formar parte del ‘núcleo duro’ ecologista y, por tanto, difícilmente aceptados por la sociedad.

En los momentos finales del debate, intervinieron varias personas, entre ellas, Grima, veterano sindicalista de la enseñanza y destacado ecologista, que se trasladó a Murcia desde su residencia en Rojales, en la Vega Baja. Grima, ya jubilado, pasó revista a su intento de introducir en las aulas estos valores medioambientales. Su intervención fue muy aplaudida.

Un debate que se planteó como un repaso a la actuación de los movimientos ecologistas en la Región, desde su fundación allá por 1977, terminó, pues, incidiendo fundamentalmente en la necesidad de caminar hacia un cambio de modelo, en la necesidad de arbitrar fórmulas que conduzcan a una mayor influencia de las tesis ecologistas en la vida social y, sobre todo, en el abandono de cualquier tentación de pesimismo, pues, según se reconoció por algunos ponentes, el camino recorrido por los grupos ecologistas desde su fundación hasta hoy no ha hecho sino aumentar la influencia gradual de éstos en la vida política y social.

Clausura

Las Jornadas concluyen hoy sábado con una fiesta que tendrá lugar en el Centro Municipal “La Nave”, en Puente Tocinos, a partir de las 21:00 horas y en que contará con la actuación en directo de los grupos “Cutillas y los Autónomos” y “Javi Jaleo y los Politoxifónicos”.

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18/10/09

30 AÑOS Y MÁS DE ECOLOGISMO SOCIAL EN LA REGIÓN MURCIANA


Fuente: Ecologistas en Acción
Ecologistas en Acción organiza unas Jornadas para conmemorar tres décadas de presencia del ecologismo social en la Región de Murcia

Será los días 22, 23 y 24 de octubre en la ciudad de Murcia.

Las Jornadas se inauguran el próximo jueves 22 de octubre con una conferencia a las 20:30 h, en el Colegio Mayor Azarbe, a cargo de D. Domingo Jiménez Beltrán, ex-Director de la Agencia Europea de Medio Ambiente. Ese mismo día se presentará la exposición “"30 años y más de ecologismo social en la Región de Murcia", en la que se realiza, a través de diversos paneles, un recorrido por estas tres décadas y sus protagonistas: los grupos ecologistas.

El viernes 23, también en el Colegio Mayor Azarbe, tendrá lugar a las 20:00 h una Mesa Redonda con la participación de destacados miembros del movimiento ecologista: D. Miguel Ángel Esteve, D. Pedro García, D. Jesús Rodríguez, D. Pedro Baños, D. Pedro Costa Morata y D. Francisco J. Carpena Chinchilla. El debate estará moderado por D. José Luís Vidal Coy.

Finalmente el sábado 24 –en el Centro Municipal “La Nave”- se cerrarán estas Jornadas con una fiesta de celebración a partir de las 21:00 horas.
El ecologismo social entiende que los problemas ambientales tienen su origen en un modelo de producción y consumo insostenible y cada vez más globalizado, del que derivan también otros problemas sociales, y que hay que transformar si se quiere evitar la crisis ecológica. Y reconoce la interrelación entre los problemas locales con los más generales e internacionales, así como la imbricación de los problemas ambientales con otras dimensiones como las sociales y las económicas.
Con las actividades programadas, desde Ecologistas en Acción, se pretende ofrecer la oportunidad, a quien lo desee, de echar la vista atrás y conocer muchas de las luchas y logros del ecologismo social en estas tres décadas, así como conocer y entender su origen y evolución desde los setenta hasta la actualidad.

Breve reseña histórica del ecologismo social en la Región.

El inicio del ecologismo sociopolítico y de la lucha activa por la protección del medio ambiente en la Región de Murcia puede establecerse en la oposición a la Central Nuclear de Cope, a finales de 1973, protagonizada por miembros de AEORMA (Asociación Española para la Ordenación del Territorio y el Medio Ambiente).

Es en esa década cuando surgen los primeros grupos naturalistas y ecologistas en la Región: ANSE (Asociación de Naturalistas del Sureste), el Club de los Linces, GEM (Grupo Ecologista Mediterráneo) y GERM (Grupo Ecologista de la Región Murciana).

A finales de los setenta se crea también el Movimiento Ecologista Cartago Nova (posteriormente Grupo Ecologista del Campo de Cartagena.). A partir de entonces, y hasta la actualidad, una larga lista de grupos, de siglas, de luchas y reivindicaciones, han ido construyendo la historia del ecologismo social en la Región de Murcia.

En los ochenta se produce una importante eclosión de grupos por toda la Región: Lorca (MEIL), Molina (FEDEM y GEM), Abarán (GEA), el Altiplano (ANIDA), Noroeste (CARALLUMA), Alhama (APEDSE) etc. Grupos que entienden la protección y defensa del medio ambiente desde una óptica que va más allá de los estrictamente ambientalista.

Los años posteriores se caracterizan por una progresiva confluencia del movimiento ecologista. Primero en la Garba Ecologista (a partir de 1990). Posteriormente, en 1997, con la Asociación Ecologista de Defensa de la Naturaleza (AEDENAT-Región de Murcia) que se constituye a partir de organizaciones como la Garba Ecologista y Acción Verde.

Y finalmente, en ese progresivo proceso de integración del movimiento ecologista, se constituyen a finales de 1998 Ecologistas en Acción, que nace como confederación de más de 300 grupos ecologistas del Estado español.

Confederación de la que forma parte desde entonces Ecologistas en Acción-Región Murciana que se nutre, en su formación, de AEDENAT-Murcia, de ANSE-Santomera y de sectores de ANSE-Abarán. Ecologistas en Acción-RM es una organización con estructura asamblearia y federal que cuenta con grupos en diferentes poblaciones: Cieza, Murcia, Abarán y Valle de Ricote, Santomera…

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16/10/09

REBÉLATE CONTRA LA POBREZA... Y CONTRA LA RIQUEZA


Vayamos mañana a la manifestación, pero con la conciencia clara que hay una dialéctica entre la pobreza de unos y la riqueza de otros, o mejor dicho, entre el empobrecimiento de ellos y el enriquecimiento nuestro, y como efecto nada colateral la destrucción del planeta. El artículo de abajo es interesante y esclarecedor al respecto.

LA POBREZA : UNA LECTURA DESDE EL ECOLOGISMO.
Marta Pascual Rodríguez. El Ecologista , nº 49.

Curiosamente las reflexiones sobre la reducción de la pobreza no suelen relacionarse con las reflexiones sobre la riqueza.
Las medidas comparativas para definir la primera (menos del 50% o del 25% de la renta nacional) no conducen en ningún caso a propuestas interdependientes

La lucha contra la pobreza es un objetivo recurrente en muchas declaraciones públicas. Reducir drásticamente la cantidad de personas que viven con menos de un dólar al día o que no tienen acceso a agua potable o electricidad figuran entre las concreciones de este objetivo.

En estas declaraciones sin embargo se olvida que los recursos del planeta –un planeta limitado en materiales- no sólo están desigualmente distribuidos, sino que actualmente sufren daños quizá irreversibles. En un planeta saturado que ha superado su capacidad de carga hace décadas, cada vez es más cierto que los consumos desmedidos de una parte de la población restringen necesariamente los consumos básicos del resto. Las reflexiones sobre la pobreza y las estrategias para hacerle frente no pueden pasar por alto este hecho.

La construcción de la escasez

La limitación y el riesgo de carencia han sido y son las condiciones naturales de la vida humana. Por regla general las culturas de subsistencia, conocedoras de los procesos de la vida, asumían, manejaban y optimizaban estos límites de modo que aseguraran su supervivencia y la de las generaciones futuras. Así ha transcurrido la vida durante siglos.

Las poblaciones más primitivas del mundo tenían escasas posesiones, sin embargo no se consideraban pobres [1] . Siendo la escasez una relación entre los fines que perseguimos y los medios de que disponemos para conseguirlos, poblaciones con fines humildes y escaso interés en la acumulación pudieron vivir con lo suficiente, e incluso en periodos de abundancia.

La pobreza voluntaria, la vida “humilde” o la sobriedad en los consumos, no fueron en tiempos situaciones despreciadas o temidas, antes bien, podrían considerarse en ciertas culturas y religiones como un estado de equilibrio o de virtud. No queda lejos la época en que la pobreza no se consideraba una situación degradante, aunque sí la miseria, es decir, la carencia de lo imprescindible.
Cierto que la ambición y el deseo de acumulación también han sido comunes a lo largo de la historia, pero nunca gozaron como ahora de una valoración ética tan positiva. Las culturas tribales acumulaban con el fin de afrontar periodos de escasez. Para muchas de ellas la autoridad moral del jefe se fundamentaba en la generosidad con su pueblo y la acumulación para este era un modo de mantener su estatus.

La situación hoy es bien distinta. El mundo rico y una parte del que no lo es vive a caballo entre la insatisfacción crónica y el sueño del despilfarro. Cargado de propiedades –en algunos casos- pero más cargado aún de deseos de consumo, está más próximo a la percepción de escasez que lo estuvieron sus antepasados lejanos. Simultáneamente otra parte enorme y creciente de la humanidad sufre una escasez material que pone en riesgo su salud y su vida con una intensidad nunca vista. La escasez, tanto la relativa como la absoluta, es un resultado al que se llega por caminos diversos.

Uno de ellos es el acaparamiento, mecanismo por el que algunas personas se apropian de un bien que antes era colectivo en una proporción mayor a la que les corresponde, haciéndolo más inaccesible a otra parte de la población. La privatización de bienes comunales es uno de los mecanismos más antiguos de acaparamiento y por tanto creador de escasez.

Otro mecanismo para la institucionalización de la escasez consiste en recortar el acceso a determinados recursos por alguna vía. El mercado es la vía “objetiva” que se coloca entre los recursos y las personas dificultando el acceso a ciertos bienes. La creciente monetarización de bienes y servicios es una herramienta creadora de escasez.

Un tercer mecanismo, no nuevo pero sí generalizado en el capitalismo de la posguerra, consiste en asignar un valor distintivo, creador de estatus, a ciertos consumos a condición de que sean escasos (ciertas ropas, automóviles, viajes…). En el momento en que estos consumos se generalizan, pierden el valor distintivo y otros nuevos se colocan en su lugar produciendo una nueva insatisfacción. Este sistema permite que el aumento de la producción nunca elimine la escasez, en este caso subjetiva. De esta forma el umbral de la pobreza percibida se eleva de forma constante, lo que no impide que lo haga también la objetiva, aumentando la dificultad de acceso a consumos de primera necesidad, mientras se facilitan los superfluos.

Antes pobre y necesitado eran sinónimos. Hoy la sociedad de consumo nos ha convertido a todos en necesitados. [2] Y seguimos persiguiendo consumos distintivos, actuando como si el camino hacia arriba pudiera ser ilimitado.

A estos mecanismos de creación de la escasez se suma actualmente uno nuevo: el deterioro de los recursos naturales, necesarios para la vida, y la creciente dificultad para acceder a bienes esenciales como el agua potable, el alimento, las tierras fértiles o el aire limpio. Esta dificultad conduce en el límite a la expulsión de las poblaciones de los territorios que habitaban. Este fenómeno se había producido anteriormente por otras vías: apropiación por parte de grandes propietarios de terrenos productivos o con un subsuelo rico, mecanización del campo…

Hoy se añaden a estos nuevos mecanismos de empobrecimiento: la prohibición de plantar semillas autóctonas, la deforestación y consecuente erosión, la desecación de acuíferos, el envenenamiento de tierras por pesticidas, la eliminación de biodiversidad, el uso de territorios como sumideros, el cambio climático… El deterioro ambiental provoca una escasez esencial que hace difícil la permanencia en el territorio. Las migraciones responden con frecuencia a esa dificultad para la vida, unida en alguna medida a la búsqueda de los niveles de consumo que se exhiben desde el escaparate de los países ricos.

En las grandes urbes, destino de esa avalancha de gentes expulsadas y migrantes, la economía de mercado es la única vía para resolver muchas de las necesidades básicas. La pobreza urbana, especialmente la de las llamadas “ciudades miseria”, es más desoladora por la cercanía del espectáculo del sobre-consumo y la inaccesibilidad de los recursos básicos y las redes sociales de apoyo. Desarmados los sistemas de ayuda mutua y eliminado el acceso a una tierra productiva, crece la dependencia del sistema económico y el riesgo de indigencia. Pero conviene no olvidar que “la gente no muere por falta de dinero, sino por falta de recursos” [3] . En el caso de las mujeres, a menudo excluidas de trabajos monetarizados y separadas de la tierra, responsabilizadas de la crianza y la atención a los miembros más débiles de la familia, la escasez, si cabe, se multiplica.

Este último mecanismo de creación de escasez, el deterioro de los recursos para la vida, a diferencia de los anteriores, no aumenta la abundancia absoluta en el grupo más poderoso, pero si la relativa. En todo caso reduce –a diferentes velocidades según los colectivos- las posibilidades de futuro de toda la especie humana.

La pobreza es pobreza del planeta

Si preguntáramos a la Tierra qué significa la palabra pobreza no hablaría de indicadores monetarios ni haría recuento de quienes viven con menos de un dólar al día. Probablemente nos mostraría vastos territorios deforestados, animales huyendo , cauces secos, especies extinguidas, poblaciones humanas desplazándose tras fuentes de agua o escapando de riadas, culturas que han perdido el sentido en urbes en las que sobran… un mundo en el que enormes poblaciones humanas han sido separadas de los recursos que les permitían la supervivencia y desplazadas a espacios urbanos superpoblados, donde ese acceso a los recursos básicos exige la mediación del mercado y en consecuencia del dinero. Un mundo en el que las economías de subsistencia van siendo progresivamente arrinconadas, expulsadas, deslegitimadas o ilegalizadas.

La tierra nos ofrecería probablemente una imagen de pobrezas encadenadas: la pobreza vegetal, arrastrando tras de sí pobrezas animales y humanas, atmósfera, suelos y aguas empobrecidas. Hablaría del olvido de la interdependencia y de la ruptura de los ecosistemas vivos y señalaría a los seres humanos –algunos seres humanos- como primera causa de devastación.

Dada la complejidad del concepto, quizá conviene distinguir entre dos términos cercanos pero significativamente diferentes: pobreza y miseria [4] . El primero se refiere a la dificultad de acceso a consumos superfluos, aunque manteniendo el abastecimiento de productos básicos. En las economías de subsistencia, integradas en el territorio, la pobreza no es una desgracia, sino un modo de vida sencillo en un mundo que tiene sus reglas. Los planes de “desarrollo” y de lucha contra la pobreza, dice Vandana Shiva, eliminaron la pobreza en el Sur, enviando a poblaciones enteras a la miseria, es decir, a modos de vida que simultanean consumo superfluos con carencias básicas para la supervivencia. Esta distinción entre pobreza (vida sencilla) y miseria (carencia de lo fundamental) es clave pues discrimina entre la vida sobria, aunque suficiente y sostenible para el planeta, de la éticamente insostenible.
Desde esta mirada más global podemos aventurar una posible definición de la pobreza (quizá sería mejor llamarle ya miseria): la consecuencia del hurto de los recursos naturales que permiten la supervivencia autónoma de una comunidad en su territorio. Tanto en el norte como en el sur miseria significa desposesión y falta de control sobre los recursos para organizar y mantener la vida de forma comunitaria.

Estamos indisolublemente ligados a nuestro planeta. Los problemas ambientales son problemas socio-ecológicos. Los problemas sociales son también socio-ambientales. [5] Deuda ecológica, ecología de los pobres, justicia ambiental, refugiados ecológicos, conflictos ecológico-distributivos, son algunos nombres de las luchas que comprenden la interdependencia entre los seres humanos y el medio vivo del que forman parte. Estas luchas muestran que nuestras miserias, las humanas y las del resto de la biosfera, están encadenadas.

Si observamos la naturaleza, ejemplo de empresa de amplio éxito en el tiempo, veremos cómo los ecosistemas no se han dedicado a sobreacumular de forma desigual para lograr su supervivencia, sino a mantener una diversidad y un equilibrio que les permitiera enfrentarse de forma colectiva a ciertas alteraciones del medio. El funcionamiento de la naturaleza practica la virtud del equilibrio. “Sabe” que por encima de cierto umbral, más es menos y por debajo de este, menos es más. El principio “cuanto más mejor” que subyace a las prácticas de acumulación de la economía de mercado, se manifiesta no sólo inviable en un sistema limitado, sino radicalmente desajustado y torpe.

La lucha contra la riqueza

Curiosamente las reflexiones sobre la reducción de la pobreza no suelen relacionarse con las reflexiones sobre la riqueza. Las medidas comparativas para definir la primera (menos del 50% o del 25% de la renta nacional) no conducen en ningún caso a propuestas interdependientes. ONGs, programas locales u organismos internacionales mantienen la pretensión de realizar intervenciones para reducir la pobreza, sin alterar los niveles de riqueza monetaria. Esta ha sido la fórmula propuesta por los Estados del Bienestar.

Desde este particular modo de igualación que sólo contempla el camino hacia arriba, la lucha contra la pobreza ha adoptado estrategias de mínimos (salario mínimo, rentas mínimas, cobertura sanitaria, pensiones mínimas) con la pretensión de hacer escalar a la población por encima de la línea de determinado umbral de consumos.

Esta pretensión eternamente incumplida de extender la riqueza implica la presunción de vivir en un mundo de recursos infinitos, con una tecnología omnipotente –sólo hay que esperar que encuentre la solución- y cargado de buena voluntad, en el que todos los seres humanos podremos alcanzar niveles altos en los consumos que nos satisfacen.

Sin embargo en un “mundo lleno” en el que la capacidad de carga del planeta ha sido superada hace ya años [6] , en el que no está asegurada la soberanía alimentaria de una mayoría, en el que los recursos más elementales como el aire o el agua limpios empiezan a escasear y está en duda la supervivencia de las próximas generaciones, no es admisible mantener esta pretensión de enriquecimiento.

Parece obvio que la eliminación de la pobreza no es posible sin atajar drásticamente los altos niveles de devastación y de consumo de buena parte de la población del norte. La lucha contra la riqueza en el sentido económico de la palabra, que presupone hurto y despilfarro, será mucho más urgente y más eficaz que la supuesta y siempre fracasada lucha contra la pobreza.
Desde un análisis ecologista y desde la consideración de un planeta limitado en materiales que ha tocado techo, es irresponsable pretender un aumento de consumos necesarios en una parte de la población, sin abordar una disminución radical de consumos en aquella otra parte que extiende su huella ecológica mucho más allá de sus fronteras.

Dicho de otro modo, en la lucha contra la pobreza es necesario incorporar a las estrategias de mínimos, las estrategias de máximos. Imaginemos unas políticas que asuman la limitación y definan un umbral máximo en el uso de determinados recursos, unas “políticas de máximos” que fijen límites por arriba: consumos máximos de agua, de energía, rentas máximas… No es fácil imaginar estas prácticas en un mundo gobernado por la economía de mercado y el capitalismo que contempla con horror cualquier regulación del consumo, y sin embargo puede ser la única propuesta honrada con quienes sufren, con quienes sufrirán la miseria y con todos los y las habitantes del planeta…

Notas
[1] SAHLINS, Marshall, Economía de la edad de piedra, Madrid, Akal, 1977
[2] NAREDO, José Manuel, “Sobre pobres y necesitados” en RIECHMANN, J., Necesitar, desear, vivir, Madrid, Los Libros de la Catarata, 1998
[3] SHIVA, Vandana, Abrazar la vida, Madrid, Horas y Horas, 1995
[4] SHIVA, Vandana, Abrazar la vida, Horas y Horas, Madrid, 1995
[5] MARTÍNEZ ALLIER, Joan, El ecologismo de los pobres, Icaria, Barcelona, 2005
[6] RIECHMANN, Jorge, Biomímesis, Catarata, Madrid, 2006


ACTIVIDADES

MARTES 13
19:00 H. PROYECCIÓN Y DEBATE DE LA PELÍCULA “LA DIGNIDAD DE LOS NADIES”
Alejandro García y Teresa Vicente, Profesores de la Universidad de Murcia. Los argentinos Martín Han Stutz Lucca, Licenciado en Historia y el médico Ernesto Martín Stutz Somma.
Modera: Pablo Jimenez de Ingeniería sin Fronteras
Lugar: Aula Antonio Soler, Campus de la Merced.
VIERNES 16
20:00 H. ENCENDIDO DE VELAS. 0,7 y POBREZA CERO
Lugar: Plaza Cardenal Belluga.
SÁBADO 17
19:00 H. CONCENTRACIÓN Y “LA TOMA” SIMBOLICA DEL BANCO DE ESPAÑA Y LA DELEGACIÓN DE HACIENDA
Lugar: Plaza Santo Domingo
MARTES 20
18:30 H. MESA REDONDA “LA IGUALDAD SOCIAL”
Joaquín Sánchez, Alianza Regional Contra la Pobreza.
Antonio Galindo, Técnico responsable de la Plataforma Contra la Exclusión Social EAPN.
Antonio Losa, Profesor de Economía de la Universidad de Murcia.
Josefina Pérez, Profesora de Filosofía y miembro de la Comisión 8 de marzo, Plataforma Feminista de la Región de Murcia.
Coordina y modera Teresa Vicente, Profesora de Filosofía del Derecho de la Universidad de Murcia.
Salón de Grados de la Facultad de Derecho.

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5/10/09

La justicia no llega a la playa


La última costa virgen protegida de Murcia lleva ocho años esperando que el Tribunal Constitucional resuelva un recurso contra una macrourbanización

RAFAEL MÉNDEZ - El País. Madrid - 03/10/2009
El Tribunal Constitucional está inmerso desde hace tres años en las discusiones del Estatuto de Cataluña. Esta tarea ha ocultado otros casos que están pendientes de resolución desde hace mucho más tiempo y que pueden tener consecuencias irreversibles.
El Tribunal Constitucional está inmerso desde hace tres años en las discusiones del Estatuto de Cataluña. Esta tarea ha ocultado otros casos que están pendientes de resolución desde hace mucho más tiempo y que pueden tener consecuencias irreversibles. Uno de ellos es el de Marina de Cope, el mayor complejo urbanístico previsto en el Mediterráneo, que ocupará un parque natural en la costa virgen de Murcia gracias a una ley de 2001. Un portavoz del Constitucional explica que el tribunal sigue sin fecha para decidir sobre el párrafo de la Ley del Suelo de Murcia que permitía la urbanización y que recurrió el PSOE. Las prioridades son las que son.

En abril de 2001, la comunidad autónoma de Murcia, del PP, desprotegió por ley miles de hectáreas de parques naturales. En el último trámite parlamentario de la Ley del Suelo de Murcia, el PP incluyó una enmienda aparentemente técnica: "Los límites de los Espacios Naturales Protegidos incluidos en la disposición adicional tercera y anexo de la Ley 4/1992, de 30 de julio, de Ordenación y Protección del Territorio de la Región de Murcia, se entenderán ajustados a los límites de los Lugares de Importancia Comunitaria a que se refiere el Acuerdo del Consejo de Gobierno de 28 de julio de 2000".
La portavoz socialista en Murcia, Teresa Rosique, recuerda que la enmienda se introdujo en el último momento, de forma que no hubo informe ni de Costas, ni del Consejo Consultivo de la región. Bajo el críptico texto se escondía la intención de desproteger entre 7.000 y 11.500 hectáreas -la primera cifra la reconoció el Ejecutivo regional y la segunda la dan profesores de la Universidad de Murcia como Miguel Ángel Esteve-. Con esa norma sólo era parque natural lo que hubiera protegido la UE. Al superponer el mapa de los parques naturales de Murcia con los Lugares de Importancia Comunitaria, lo que quedaba fuera perdía la protección. Y una parte de lo que sobresalía estaba en el parque natural Cabo de Cope-Puntas de Calnegre, un reducto en la costa virgen que aún queda en el sur de Murcia. La zona, con poca agua y mal comunicada, se había salvado de la depredación del Mediterráneo.
La intención era construir allí unas 9.000 viviendas, una veintena de hoteles, seis campos de golf y una marina interior con 2.000 amarres (ahora reducidos a 1.400). Sería accesible por una autovía de peaje -que ya está construida, aunque casi nadie circula por ella- y por un aeropuerto privado -cuyas obras avanzan a cámara lenta-.
La crisis económica paralizó de facto la urbanización. Los ecologistas y la oposición consideraron que el parón daría tiempo al Constitucional a resolver el recurso. Ilusos.
Ahora, la comunidad autónoma y los propietarios del suelo han anunciado que relanzan el proyecto con un nuevo diseño. Y que su intención es aprobar los planes generales de los ayuntamientos antes de 2010. Iberdrola Inmobiliaria, principal propietaria del terreno, lo define como uno de sus "proyectos estrella". La filial de la eléctrica tiene suelo porque hace décadas planeó construir allí una central nuclear.
La directora general de Infraestructuras Turísticas de la Comunidad de Murcia, Marina García, defiende que el proyecto es "de interés regional" y que "salvaguarda los valores ambientales y paisajísticos": "Es lo más sostenible que vamos a tener, un referente turístico a nivel del Mediterráneo, con 10 millones de metros cuadrados protegidos".
García explica que los dueños del terreno buscan ya inversores que aporten los 4.000 millones necesarios y que a final de año los ayuntamientos implicados aprobarán sus planes generales. Entonces el proyecto pasará a la comunidad autónoma. El anuncio ha inquietado a ecologistas como la Asociación Prolitoral, que agrupa a Greenpeace y Ecologistas en Acción, que mantienen otro contencioso con la comunidad por este asunto.
García espera también un fallo del Constitucional: "Creemos que avalará la ley y si no, los servicios jurídicos estudiarán la sentencia". La socialista Rosique lamenta la tardanza de la justica: "El texto recurrido es sólo un párrafo y la verdad es que ya debían haber dicho algo. Sería lo mejor para los inversores y los compradores. Si el Constitucional anula esa ley, Marina de Cope se cae como un castillo de naipes". La responsable de la campaña de Costas de Greenpeace, Pilar Marcos, carga contra el tribunal: "La Constitución establece que el medioambiente es un derecho, pero a la hora de la verdad siempre queda detrás en las prioridades de los jueces".
El caso de Marina de Cope es una bandera ecologista. El profesor de Ecología de la Universidad de Murcia Miguel Ángel Esteve afirma que "el proyecto está fuera de su tiempo. Es megalómano y contrario a lo que entendemos como turismo de calidad". En Marina de Cope se podrá ver el cambio del modelo productivo.

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